—Shelby, ¿segura que quieres ir a clase? —preguntó Lin corriendo para alcanzarme mientras caminaba por la acera.
—No quiero perderme nada más. No puedo permitírmelo —dije un poco sin aliento.
—Recibiste noticias importantes hoy, Shelby. Nadie te culparía si tomas un día para tu salud mental. Yo te cubro otra vez, y puedes revisar mis apuntes después de clase —dijo ella.
—No es lo mismo que estar allí —dije mientras abría la puerta del aula.
Me decepcionó ver que la mayoría de los asientos ya estaban ocupados y que tendríamos que situarnos al fondo. Me puso aún más nerviosa ver a Lauren sentada en uno de los asientos de adelante. Sonrió y me saludó con la mano, como si todavía fuésemos grandes amigas. Actuaba como si no me hubiera restregado la ruptura en la cara la última vez que hablamos.