Joanne enderezó su cuello y se negó a mostrar debilidad. —Por supuesto. Como si necesitara que tú me dijeras qué debe hacer la familia Gilbert.
—Entonces, bien. Mañana regresamos, así que espero que tu promesa pueda cumplirse hoy. De lo contrario, la buena reputación de la familia Gilbert podría no durar —replicó Lucille.
Ella sonrió, su mirada clara y seductora parecía inocente e inofensiva.
Sin embargo, Joanne de repente tembló.
A su lado, Jenny no pudo evitar rodar los ojos al ver que Lucille había convencido a Joanne con solo unas pocas palabras. Elevó su voz y tronó:
—¿De qué estás tan orgullosa, Lucille? Aunque hayas contribuido lo más en esta clínica gratuita, ¿y qué? Todos estamos obteniendo calificaciones perfectas, ¡y tú eres la única que sacó cero!
Lucille negó con la cabeza. Ella miró a Jenny como si estuviera observando a una idiota. Había una pizca de lástima en sus ojos.
Jenny estaba atónita y exigió enojada —Lucille, ¿qué quieres decir con eso?