Joseph echó un vistazo a Molly, que se había sumergido en el montón de caramelos. Luego, se dio la vuelta, salió de la villa y contestó la llamada.
Lucille, que estaba en la lejana Villa Talford, se sorprendió al escuchar el ruido bullicioso. Preguntó:
—¿Joseph? ¿Por qué hay tanto ruido ahí?
Joseph no tartamudeó, ni dudó. Respondió con calma:
—Parece que alguien está haciendo renovaciones.
—¿Qué tipo de renovaciones?
—¡Sonaba como si estuvieran derribando una pared!
Lucille estaba un poco sorprendida, pero no hizo más preguntas. Dijo directamente:
—Joseph, hay algo en lo que necesito tu ayuda. Quiero comprar este pedazo de tierra. Cuanto antes, mejor. ¿Puedes ayudarme a conseguir el contrato? No te preocupes, lo pagaré yo misma.