Lo sabía. La obra era decentemente agradable a la vista, pero no transmitía nada significativo o único. No estaba segura de qué añadir o cómo arreglarlo y se me estaba acabando el tiempo.
—Tienes razón. No sé cómo arreglarlo. Supongo que tendré que saltarme este concurso después de todo... —dije con pesar.
—Creo que... la pintura necesita ser un poco más seductora... y sexy... —Ethan susurró seductoramente en mi oído.
Sus manos ya estaban en mis pechos antes de que pudiera reaccionar a sus palabras. Grité su nombre sorprendida mientras su mano comenzaba a manosear y apretar mis pechos. Es tarde y nadie debería entrar, pero estoy en medio del trabajo ahora mismo...
—Ethan... hagámoslo cuando volvamos... —sugerí suavemente.
—No... te quiero ahora. He venido desde tan lejos... —Ethan respondió mientras mordía ligeramente mi lóbulo de la oreja.