Si hubiera pensado que todo había terminado, estaba a punto de descubrir que estaba completamente equivocada. Observé con sospecha cómo Hayden se agachaba frente a mí mientras yo seguía sentada en la tapa del inodoro. Llevando su rostro a mi nivel, Hayden me sonrió mientras la luz en sus ojos azules bailaba como si acabara de tener una idea ingeniosa.
Por otro lado, yo no estaba emocionada de escucharla en absoluto.
—Dado que ya estamos en el baño juntos, ¿quieres tomar un baño? —sugirió Hayden sonando súper casual al respecto.
—¿Eh? —fue todo lo que pude decir en respuesta—. ¿Un baño? Estamos esposados juntos... ¿hola?
—Supongo que ahora que lo pienso, no te bañaste anoche. No es que huelas mal o algo así —dijo Hayden mientras me sonreía inocentemente—. Dudo que estuviera lleno de buena voluntad como parecía.
—¿Y de quién crees que es la culpa? —le espeté.
—¿Hmm... la tuya? —respondió Hayden después de actuar como si realmente lo hubiera pensado.