—Pensar que hace un año planeaba mi retiro y buscaba qué hacer con mi futuro más allá de mi negocio —ahora era padre otra vez. La discusión con Neal no era algo que hubiera deseado en ningún momento, y la forma en que intentó desestimar mis intenciones me irritó.
—Yo era el padre del niño. Dalia... mi dulce niña estaba sin su padre.
—No me gustaba. Ni un jodido poco.
—Les, mi madre quería saber si querías venir a cenar esta noche —la voz de Sue me sacó de mi irritación y, tomando un profundo respiro, me giré para mirarla. Había estado tratando de trabajar en la lista de mierda que tenía que hacer en este edificio cuando hablé con Neal, y ahora la lista parecía desvanecerse.
—Gracias por la oferta, Sue, pero tengo mucho que debo atender hoy. Quizás durante el fin de semana.