—¿Qué es lo que quieres, Katrine, y por qué me sigues? —sus ojos se iluminaron mientras la sonrisa se ensanchaba aún más en su cara—. Honestamente, estoy sorprendida de que incluso me recuerdes. Solo nos encontramos una vez. Quizás dos, y fue de pasada.
—Pues, yo me aseguro de saber exactamente de quién coño debo alejarme. No estoy buscando problemas —asintiendo con la cabeza, ella encogió los hombros mientras se acercaba a mí, haciéndome dar un paso atrás desde donde estaba—. ¿Tienes miedo de mí?
—Su pregunta me hizo soltar una carcajada. No tenía miedo de ella. La verdad es que eso era lo que ella quería creer.
¿Ahora, tenía miedo de los dos tipos que estaban con ella? Absolutamente. Porque estaba embarazada y ya no estaba sola. Así que lo último que necesitaba era que complicaran aún más la situación.