Becca
Pasaron dos semanas antes de que realmente pudiera encontrar algún tipo de satisfacción. El momento en que lo dejé con James, subí y lloré desconsoladamente, incapaz de concentrarme en nada, y cuando llegó el lunes y mis clases se reanudaron, simplemente no podía recomponerme.
En cambio, todo pasaba como en un borrón. Me sentía atrapada en mi mente, tratando de prestar atención pero haciéndolo de forma insensible porque había terminado las cosas con el hombre que amaba. No podía lidiar con las complicaciones. No podía seguir lidiando con la forma insegura en que iba mi vida, el caos me consumía constantemente.
Esa no era forma de vivir para ninguna mujer o hombre.
Y aunque él quería seguir aferrado a mí, no podía permitirlo.
Mirando mi teléfono, observaba mis llamadas perdidas del día. Todos los días él me llamaba, lo hacía dos o tres veces, intentando que contestara.
Enviándome mensajes de texto diciéndome que no hiciera esto, y al principio respondía. ¿Pero ahora?
