—El fresco y nítido aire matutino dejaba nubes blancas saliendo de mi aliento mientras me encontraba en la línea de partida esperando que sonara la pistola de inicio —después de la conversación con Finn, me aseguré de apartar sus palabras de mi mente. Estaba a mi izquierda. Con Mani a mi derecha.
Ambos hombres llevaban las marcas de su pueblo, y aunque la hambrienta determinación en sus ojos haría temer a la mayoría, a mí no me molestaba.
Ni siquiera me molesté en mirar atrás para ver si Cassie estaba en las gradas. Mientras los otros dos se distraían con lo que fuera que vieran, yo no podía permitírmelo. Tenía que ser fuerte. Tenía que asegurarme de tener la mente clara y concentrada, de lo contrario, caería.