—Cassie.
Clase tras clase, me presentaron a tantas personas. Mi mente daba vueltas con la cantidad de nombres que se suponía debía recordar, y estaba feliz de ver que el día terminaba rápidamente. Durante todo el día no había visto a mi hermano y me preguntaba si en realidad había asistido a clases.
Siguiendo a algunos estudiantes que no conocía, me dirigí hacia los que decían que eran los terrenos de entrenamiento, preparada para ver si ahí era donde había ido Pólux. Saliendo de los grandes edificios de la escuela, seguí los caminos empedrados y pasillos techados hasta que el sendero me llevó a través de campos de césped hasta ver a lo lejos un inmenso arena dorada.
Los sonidos de los guerreros gruñendo, gimiendo y gritando órdenes unos a otros se podían oír antes incluso de pisar la arena, y no tenía dudas de que este era el lugar al que había ido mi hermano.