—Ivy.
—Una voz burlona llamó desde fuera de la cabaña, seguida por un sonido de arañazos que me hizo morderme el labio inferior. ¿Por qué te escondes de mí?
—Por mucho que quisiera responder, no pude. En cambio, permanecí en silencio, y con mi silencio, escuché cómo la puerta de la cabaña se abría de golpe. Sus pasos estruendosos resonaron sobre el suelo mientras entraba. ¿Estamos jugando al escondite? —se rió profundamente.
—No había muchos lugares donde esconderse en mi cabaña. Las voces distantes de James y Damian resonaban afuera. ¡Hale!
—Conteniendo la respiración, observé la sombra de Hale desde la puerta del armario. Él sabía dónde estaba yo, y mientras las puertas se abrían de golpe. Intenté pasar por su lado, solo para ser atrapada por garras afiladas y tirada hacia atrás. Un grito escapó de mis labios mientras él se reía. ¿Por qué corres? Dijiste que querías jugar conmigo.
