Punto de Vista de Damian
Escuchar que Talon probablemente estaba demasiado lejos no era la noticia que quería que me trajeran. Había enviado un grupo de hombres a los bosques del norte de Canadá para encontrarlo, y de los ocho que envié, solo dos regresaron.
Talon los había destrozado y, según Ralph, lo disfrutó.
Lo disfrutó tanto, según Ralph, que se deleitaba con los cuerpos caídos como si estuviera cenando en la mesa de los dioses. Un espectáculo del que me alegré de no tener que ser testigo.
No importa lo que Ralph dijera... mi hermano no era un monstruo.
—Damian, tenemos un problema —declaró Angel al entrar rápidamente en mi oficina.
—¿Qué tipo de problema?
—El tipo en el que Ivy sabe sobre Talon —respondió enfatizando su nombre, subrayando la importancia de la situación.