—Disfrutarás —esas pocas palabras que James me dijo a través del enlace me hicieron dudar. A pesar de eso, mientras el agua caliente caía sobre mi cuerpo, tomé la iniciativa. La puerta del baño estaba abierta y sabía sin lugar a dudas que él tenía una clara visión de mí.
Incluso si él eligiera no mirar.
Lentamente, dejé que mi mano se deslizara entre mis muslos mientras me limpiaba. Mi mente se iba hacia la sensación erótica que cada uno de los hombres me daba. Pero Hale era diferente a los demás.
La primera vez que él me folló, me derrumbé con sus provocaciones y su placer intenso. Pero, sabía que se estaba conteniendo. Como si en aquel entonces estuviera preocupado de hacerme daño.
Cuanto más acariciaba mis dedos sobre mi sensible y hinchado clítoris, más gemidos suaves comenzaban a salir de mis labios y cuando lo hacían, fue cuando oí algo que no esperaba.