—Lo último que esperaba cuando me desperté temprano en la mañana era que el olor del tocino impregnara el aire, y que mi estómago comenzara a rugir. No estaba segura de cómo me sentía acerca de todo lo que había aprendido la noche anterior. Estaba enojada y tenía todo el derecho de estarlo.
—Hora de volver a casa.
—Gimiendo, me di la vuelta y encendí mi teléfono, dejándolo encender mientras me dirigía hacia el baño de mi habitación. Aunque quería relajarme en paz todo el día, sabía que no era posible.
—Tenía que enfrentarme a los chicos hoy y necesitaba encontrar el coraje para hacerlo.
—Notificación tras notificación mi teléfono sonaba en un coro de melodías mientras me cepillaba los dientes, y para cuando lo tomé, noté la cantidad de veces que la gente había intentado ponerse en contacto conmigo. Los chicos, mi padre, Allison... Todos ellos habían intentado contactarme como si algo hubiera pasado.