Al escuchar a alguien llamarla, Zhouzhou giró la cabeza y vio a un hombre de mediana edad con gafas, que parecía erudito y gentil. Lo reconoció y exclamó:
—Abuelo Decano.
—¿Quién más podría ser sino el decano de la escuela de Qin Ren?
—¿Eh? —El decano se apresuró a acercarse y preguntó—. ¿Dónde está tu hermano? ¿Está bien?
Acababa de enterarse de la situación de El y también se dio cuenta de que la reacción de Qin Ren era extraña. Vagamente entendió lo que estaba sucediendo y quería ir a verificarlo. Sin embargo, en cuanto salió, vio a la pequeña niña.
—Hermano Mayor está bien, Abuelo Decano. ¿Quieres ir a verlo? —respondió Zhouzhou.
—Sí, Zhouzhou, ¿puedes llevarme a tu casa? —No estaba familiarizado con el lugar.
—Claro. —Mientras hablaban, el jefe también sacó las recompensas de Zhouzhou.