—Nuestra clase de espíritus malignos que han vivido miles de años, valoramos mucho el prestigio. Todos nos consideramos los hermanos mayores del mundo de los espíritus malignos. Mientras entendamos eso, no nos preocuparemos por no poder matarlo —dijo el espíritu maligno orgullosamente—. Mira, te dije que conozco su punto débil.
¡No había vivido en vano!
Tang Qing lo miró sin palabras. También sabía de prestigio, pero con su apariencia actual, solo traería vergüenza a los espíritus malignos si salía.
Por supuesto, Tang Qing no le recordaría este hecho. En cambio, miró a Zhouzhou y presentó otro desafío. —Ese Demonio Antiguo de Mil Años es extremadamente astuto y hábil para esconderse. No saldrá fácilmente.
De lo contrario, no hubiera caído en su trampa.
