Qin Lie levantó la mano, queriendo tocar la cabeza de Zhouzhou, pero al ver su brillante cabeza calva cubierta de aceite medicinal, dudó y cambió de dirección, pellizcando suavemente su regordete rostro en su lugar. No pidió dinero y volvió a meter la tarjeta en su bolso.
El padre y la hija eran cariñosos. Qin Yan vio su buen humor y se acercó con una sonrisa en su rostro. —Zhouzhou, ¿a dónde quieres ir después? Tercer Tío Mayor te llevará.
Al escuchar esto, Zhouzhou giró la cabeza, con los ojos llenos de confusión. Su voz era suave pero apuñaló a Qin Yan como un cuchillo. —Tercer Tío Mayor, ¿por qué aún no te has ido?
Ya le había dado todo el dinero, ¿entonces por qué seguía rondando por aquí?
Al ver que la pequeña cambiaba completamente de actitud después de recibir el dinero, la boca de Qin Yan se torció. ¡Este tipo de actitud de servicio merecía una crítica negativa!