—Lucien… —llamé su nombre en un susurro. Sin palabras.
—Quiero que te cases conmigo, Natalia —Lucien propuso mientras me miraba sinceramente a los ojos. Me encantan estos ojos verdes tanto... pero...
—Pero nosotros... no podemos —respondí suavemente.
—¿Debería ponerme de rodillas? —bromeó Lucien.
—Lucien... basta de bromas... —le supliqué que dejara de jugar mientras él reía un poco.
—Tienes razón. Hablando en serio, quiero que tomes mi propuesta de matrimonio en serio. Sé que no podemos casarnos ahora mismo, pero quiero que sepas que tengo toda la intención de hacerte mi esposa. Puedes tomar esto como una pre-propuesta. Cuando el momento sea el correcto, te propondré matrimonio adecuadamente otra vez —Lucien dijo con tanta sinceridad y pasión que sus palabras me conmovieron profundamente.