—No… Zak… —protesté—. Esto es aún más vergonzoso. Si él quita más de mi ropa, entonces verá mi...
—No te preocupes, Natalia. Te complaceré mucho más de lo que lo hice ahora... —Zak respondió después de terminar de desnudarme completamente—. Ahora estaba desnuda y en su cama.
Él quitó mis manos y las sujetó sobre mi cabeza para que no pudiera usarlas para ocultar mi cuerpo de él.
—Tu vagina está empapada. Supongo que tu cuerpo es muy sensible, después de todo, te viniste solo con que jugara con tus pechos. Mira aquí —Zak dijo mientras me mostraba una pegajosidad húmeda en dos de sus dedos—. ¿Eso es de mi vagina? Hay tanto de eso en los dedos de Zak.