—Príncipe Ron, piensa. ¿Qué puedes hacer mejor?
—El Príncipe se quedó en silencio por un momento, pensando seriamente y luego dijo: «Mi madre siempre me dice que como rápido...»
Ludiciel soltó una risita y dijo: «Príncipe Ron, no tienes que participar. No es que haya alguien a quien necesites impresionar. La persona que debe hacer todo el trabajo es tu hermana. Además, ella dijo que va a cantar»
Ron se quedó sin aliento. ¿¡Su hermana lo sabía antes que él?! ¡Inaceptable! ¡Ella ya tiene la ventaja!
¿Y nadie a quien impresionar? ¿Qué hay del endemoniado rey que le salvó la vida y le robó el corazón? Su amado rey que casi lo ahoga hasta la muerte. El rey con el corazón tan frío como el hielo.
—Debe impresionarlo y encontrar una manera de deshacerse de esos terribles cambios de humor que tiene. ¡Están interponiendo en su camino para robar el corazón de su amado!
—¿Rosa va a cantar? ¿Qué canción? —preguntó.
Ludiciel se encogió de hombros. «¿Cómo lo sabría? Solo me dijo que le proporcionara muchas cosas para mejorar la voz, como miel y huevos crudos. Creo que ya debe haber comenzado a practicar»
El Príncipe quería maldecir a Ludiciel. —¿Cómo pudo informar primero a su hermana? ¡Ahora él ya llevaba muchas horas de retraso! «Príncipe Ludiciel, cosas como esta, por favor infórmame primero»
—¿Eh? ¿Pero por qué? —preguntó.
—Porque me gusta participar en este tipo de cosas —dijo Ron—. Soy el tipo de persona que le gusta planificar antes de hacer algo. No me gusta sentirme presionado. Debo participar en este concurso de talentos. ¡Si me hubieras informado antes, habría decidido cantar primero!
—Pero Príncipe Ron, ¿puedes cantar? Cantar no es fácil...
—¿Dice quién? Solo espera. Los sorprenderé a todos en el banquete mañana. Vamos a tomar mis medidas rápidamente. Tengo que empezar a practicar.
Ron ya sabía lo que iba a hacer. Solo necesitaba un poco de ayuda de la Reina madre.
—¡Rey Zedekiel debería prepararse para quedar asombrado!
********
—Madre, ¿qué color ama más el rey? —preguntó Ron. Él y la Reina madre estaban jugando al ajedrez en el patio después del desayuno y él estaba lamentablemente perdiendo. Culpaba de eso al hecho de que había pasado mucho tiempo desde que jugó, por lo que estaba oxidado.
La Reina madre estaba disfrutando. También hacía tiempo que no jugaba, pero vio que aún se le daba bien. Sentía que Ron era simplemente un mal jugador.
—¿Por qué preguntas, querido Ron? —preguntó, bastante curiosa.
Ron ya tenía una excusa preparada. Había pensado en ella ayer mientras seguía pensando qué hacer. Sonrió, como si fuera algo de lo que estar orgulloso.
—Bueno, mi hermana quiere verse lo mejor posible esta noche y también quiere impresionar al rey, así que pensé en preguntarte cuál es su color favorito. Verás, lo veo como un buen paso para ganar su corazón —reveló Ron.
¡Su hermana mis pies! ¡Ron quería la información para él mismo! ¿Qué mejor manera que empezar su propia campaña justo en el banquete? El rey podría empezar a desarrollar sentimientos por él si lo ve vestido con un color que le guste.
La Reina madre pensó que tenía sentido, así que dijo: «Le gusta particularmente el color negro. Es lo que más lleva puesto. Si lleva algo más, es porque fue obligado por mí»
Ron sonrió mientras recordaba la primera vez que conoció a Zedekiel. Vestido de negro de pies a cabeza, sosteniendo una cabeza cortada. Qué primer encuentro con su amado. En el segundo encuentro, ¡le lanzó un puñal a la garganta! A este amor suyo simplemente le gusta la violencia.
—Ah, el negro. Es un buen color. Seguramente se lo diré a mi hermana.
—¿Decirme qué? —una voz familiar dijo, dando un pequeño susto a los jugadores. Ron se giró para encontrar a su hermana justo detrás de él.
¡¡¡¡
¿¡Qué brujería es esta?!
¡Finalmente consiguió algo para él y su hermana quiere arrebatárselo!
—Princesa Rosa, tienes al hermano más maravilloso —dijo la Reina madre—. Realmente te ama y se preocupa por ti. Me estaba preguntando cuál es el color favorito de mi hijo para ayudarte a ganar su corazón.
¿Ayudar a quién? ¡Ron quería ayudarse a sí mismo, no a su hermana!
Rosa estaba encantada. Se giró hacia Ron, luciendo una gran sonrisa. —¡Eres el mejor Ron! Escribiré otra carta a papá. Él estará muy feliz de saber que me cuidas bien. Así que dime, ¿cuál es su color favorito?
Con una sonrisa rígida, Ron respondió; —Negro.
La sonrisa de su hermana se hizo más amplia. En realidad nunca había usado un vestido negro antes. A su madre le parecía que el color era ominoso para las mujeres. Rosa no era de las que creían en esas supersticiones, así que estaba emocionada de usar negro. Con una sonrisa, se excusó para ir a prepararse para el banquete. ¡Solo quedaban unas pocas horas!
Ron estaba devastado. Sus planes habían sido frustrados. Ahora, tendría que encontrar un color diferente. Mientras pensaba, sus movimientos en el tablero de ajedrez se volvían cada vez peores. ¡La Reina madre ganó cinco veces seguidas!
—Querido Ron, creo que estás cansado. Quizás deberías ir a descansar antes del banquete —aconsejó la Reina madre—. Podemos jugar más mañana. Escuché que Tariel y Sariel quieren jugar algunos juegos contigo también.
Su estado de ánimo no mejoró ni un poco. La Reina madre simplemente pensó que no estaba feliz porque había perdido demasiadas veces.
—Madre, ¿qué color crees que debo usar? No sé qué ponerme sinceramente. Habrá mucha gente viniendo y quiero verme lo mejor posible. Si no, ninguna dama querrá bailar conmigo.
La Reina madre rió. —¿Cómo ninguna dama querrá bailar contigo? Eres tan guapo. Incluso si llevas harapos, aún te verás perfecto.
El Príncipe no pudo evitar sonrojarse. Sabía que era guapo, pero no esperaba que la Reina madre lo dijera de esa manera.
—Ya que tu hermana va a llevar el color favorito de mi hijo, ¿por qué no llevas el mío?
Ron no pensó que fuera una mala idea. De hecho, pensó que era genial. Si no podía empezar ganando al Rey él mismo, podría empezar con la familia. —¿Y cuál es?
—Rojo —respondió ella—. Te verás genial en rojo. Además, asegúrate de guardar un baile para mí.
Su maravillosa sonrisa retornó y abrazó a la Reina madre. —¡Eso es maravilloso madre! Y no te preocupes. ¡Mi primer baile será ciertamente contigo!
Ella rió. Nunca antes había visto a un humano tan simple, amable y cálido. Suspiró mientras observaba a Ron irse. Si solo este humano pudiera amar a su hijo, serían perfectos y a ella le encantaría tener a Ron como nuera.
Luego pensó que Rosa y el Rey aún no estaban casados. De hecho, el Rey no la amaba. ¡Todavía debería haber una oportunidad para este encantador príncipe! Con ese pensamiento en mente, se retiró a su habitación.
¡Qué juego tan divertido jugaría!