Cronos camina cauteloso alrededor de la habitación con sus extremidades atadas detrás de su espalda, manteniendo sus ojos atentos en la puerta. Durante la última hora, ha estado prestando atención a cada movimiento, a cada diminuta variación de sonido o calor. —Está subiendo las escaleras —dice.
—No escucho nada —frunzo el ceño. Como futuro Alfa, sus oídos han sido entrenados para ser más agudos, puede escuchar incluso el mínimo estrépito. Hay un débil toque en la madera, la perilla se gira lentamente y la puerta se abre de golpe para exponer a una radiante Lumina que inmediatamente saluda a mi hermano con una amplia sonrisa en cuanto sus brillantes grises se posan en él.
—Cronos —ríe mientras abre sus brazos para ella y tan pronto como ella está en su presencia, la envuelve en un cálido abrazo. Ella es la única hembra después de mamá y de mí a la que él toca tan afectuosamente.