—Los chismes sobre nosotros surgirán de aquí en adelante —me quejo frustrada, odio ser el centro de escándalos y lo he sido durante la mayor parte de mi vida.
—Creo que será sobre cómo mi mujer me atacó y me tiró al suelo e intentó devorarme —dice él con una sonrisa y yo lo fulmino con la mirada. Él encuentra gracioso todo esto—. ¿Dónde estábamos? —mi macho pregunta, levantándose de su posición recostada, presionando su pecho contra mis pechos—. Déjame darte solo un mordisco —abre su boca ampliamente como si fuera a morder mi carne.
—Rey —la apresurada voz interrumpiendo de Drakho desde fuera de nuestra tienda irrumpe en nuestra burbuja de lujuria, me hace estremecer y congelarme en mi camino hacia el placer. Fobos gruñe descontento, porque a menudo es interrumpido antes de dar el golpe final.
—Habla —Fobos ordena con un tono autoritario mientras deja besos húmedos sobre el lado de mi cuello provocando escalofríos en mi piel quemada.