—Sí, lo he hecho, pero realmente he disfrutado cada uno. Os he echado mucho de menos a ambos y ¿puedo preguntar dónde están Orión y Egeo? —preguntó saltando sobre mis puntas de pie buscando a esos dos machos gigantescos que son bastante fáciles de ver en una multitud debido a su gran estatura.
—Me siento honrada de que preguntes por mí, Luna Tea —declara la voz profunda de Orión mientras él y Egeo avanzan mostrando su presencia saliendo de las sombras y yo respiro sorprendida al ver cuánto han madurado desde la última vez que los vi. Se han vuelto más enormes en tamaño, las venas gruesas en sus brazos sobresalen a través de la piel mientras sus ojos se han vuelto más agudos y sus cuerpos más tonificados y musculosos.
—¿Cómo has estado?
—Maravilloso, Luna Tea. ¿Y tú? —pregunta Egeo con una sonrisa cortés en su rostro mientras me mira desde arriba.