—¿Por cuánto tiempo? —preguntó.
—Solo por dos días.
Sin vacilar me ofrece un asentimiento escueto en aceptación de mi solicitud. —Si es esto lo que deseas, supongo que mi hermano puede arreglar un vuelo para ti —dijo.
Frunzo el ceño ante sus palabras, una sensación inquietante repentina me inunda. —Fobos, también te estoy invitando a ti, debes venir conmigo —Él aparta la mirada de mis ojos inquisitivos, débilmente empujándome fuera de su regazo para que me pose en el sofá a su lado.
—No es necesario que venga contigo, Tea.
—Claro que lo es, eres mi macho. ¿No deseas presentarte correctamente ante mi familia y amigos?
—Tu familia ya me ha conocido y tus amigos son conscientes de quién es tu macho.
—Mi familia te conoció como el macho del Alfa Ares, no como mi bendición lunar y deseo presentarte formalmente ante ellos.