—Hay varios frascos altos llenos de agua para beber. Nos durará días, pero ¿por qué necesitaríamos tanto? No es como si Fobos me fuera a comer durante tres noches seguidas, solo es por esta noche y luego volveremos a casa mañana después del día para continuar con nuestras obligaciones. —Echo un vistazo a la cama acolchada con piel para la comodidad y al fuego crepitante encendido justo en el medio. Es un lugar acogedor, me gusta.
—Fobos se arrodilla sobre el colchón, soltando la correa de su taparrabo y sujetando una botella de un líquido claro que tiene la densidad del aceite.
—Ven, Tea —ordena, girando esos ojos tormentosos para mirarme.
—¿Ya? ¿Así sin más?
—Sí, así sin más.
—Q-Quisiera hablar.