—Puedo caminar, ya sabes —digo solo para que sus brazos me aprieten aún más. No quiere dejarme ir. Miro hacia abajo a la variación en su apariencia tirando de su barba jugando con su moño con interés—. Te ves diferente Fobos. No es un mal aspecto, más bien uno bueno que me gusta.
—Sigue hablando —Él habla como si anhelara escuchar más de mi voz mientras me muevo en sus brazos para estar cómoda, mis piernas balanceándose hacia atrás y adelante detrás de él.