—Vamos, Theia. Revela tu verdad, ten piedad de mí que estoy sin pareja y
—¿Quieres que te castiguen? ¡Es Luna y debes respetarla como tal! —Egeo salta desde las sombras rugiendo furiosamente mientras agarra su bíceps y la jala hacia él desde mi lado hacia la mesa del comedor, y ella sigue a regañadientes en silencio, sin querer provocar su verdadera ira sobre ella.
—¿Dónde están mamá y papá? —le pregunto a Cronos, quien está sentado cómodamente al frente de la mesa con los brazos cruzados sobre su pecho mientras estudia atentamente un montón de documentos junto a su plato.
—Acaban de terminar hace unos minutos. Se fueron a realizar sus saludos matutinos. Te tomaste tu dulce tiempo, Theia.
—Y entenderás mis razones cuando encuentres a tu hembra —le sonrío mientras él pasa casualmente a la siguiente página del documento que está leyendo.