—Jefa de los bandidos, mi hermana menor y el Noveno Príncipe están profundamente enamorados. No debéis separar a esta pareja de tortolitos, ¿verdad? ¡Lo que deseéis, solo decidlo! —Chu Ye se angustiaba, temiendo que su propia hermana fuera tomada por ella.
—… —Nanli se quedó sin palabras al escuchar estas palabras.
Intercambió una mirada de impotencia con Chu Ye, esperando que él entendiera que este era su propio lío, no el de ella.
Viendo la expresión de Nanli, Chu Ye se sintió aún más apenado por ella, percibiendo su miedo y esperando que él, como su hermano mayor, viniera en su rescate.
Continuó:
—Jefa de los bandidos, pueden pedir dinero o incluso mi vida, ¡mientras perdonéis a mi hermana menor, todo se puede discutir!
—… —Nanli decidió no darle más señales a su hermano mayor.
La jefa de los bandidos se emocionó aún más. —¡Genial! Entonces te quiero a ti. ¡Esta noche entraremos en la cámara nupcial!