Nanli permanecía ajena a las intenciones de Qing Xu.
Con el banquete de cumpleaños de la Emperatriz acercándose, la Señora Shen planeaba traerla al palacio, usando la oportunidad para dejar saber a todos que había sido encontrada y había pasado esos días aprendiendo la etiqueta apropiada.
Nanli era inteligente y aprendía rápido, dejando a Shen sin preocupaciones.
El día del banquete, fue despertada temprano y permitió que las criadas y Yuanbao la vistieran.
Llevando el mismo vestido de seda dorada bordada de antes, adornada con una delicada corona dorada y un par de exquisitas pulseras de esmeralda, Nanli ahora entendía por qué aquellas damas nobles siempre necesitaban asistencia al entrar y salir de los lugares.
Su físico estaba bien, así que la vestimenta no la cansaba, pero tenía que ser cuidadosa con sus movimientos y su forma de sentarse, ya que cualquier mala educación podría considerarse incivilizada.