—El hombre gritó de dolor, sintiendo cómo su fuerza se drenaba.
—Pero una luz dorada brilló fugazmente, obligando al niño fantasma a retroceder.
—Algunos espectadores temerosos retrocedieron, pero otros, impulsados por la curiosidad, se acercaron con cautela para ver de cerca a la criatura misteriosa.
—El niño fantasma de repente levantó la cabeza, revelando un semblante aterrador.
—¡Un fantasma! —exclamó la multitud, sumida instantáneamente en el pánico.
—Intentaron retroceder, pero ya era demasiado tarde.
—El niño fantasma ya había elegido a su presa y se lanzó hacia otra alma desafortunada.
—¡Monstruo! — resonó una voz algo juvenil—. ¡Hermana Mayor! —Zhi Mi, vestida con una túnica gris y empuñando una espada de madera de melocotón, la blandió hacia el espantoso niño.
—Repelido temporalmente, el niño inmediatamente desató su red acechante.
—La red atrapó al niño en su agarre.
