Al día siguiente, Benjamin se sorprendió al ver a Leonica en la villa familiar, sosteniendo el papel que había hecho entregar a Melvin el día anterior.
—¿Leonica?
—Voy a renunciar —ella le entregó el papel y cuando él lo recogió y le echó un vistazo, se sorprendió al ver que ella ya lo había firmado.
Ocultando su sorpresa, Benjamin se aclaró la garganta. —Has tomado la decisión correcta —metiendo el papel en el cajón de su escritorio de estudio, agregó—. Me alegra ver que finalmente has recapacitado.
La expresión de Leonica era ilegible, su rostro inexpresivo, carente de cualquier emoción. —Sí, también estoy contenta.
—En cuanto al puesto que ahora ocuparás en la empresa...
—Eso no será necesario —interrumpió Leonica con una sonrisa tranquila en los labios—. No ocuparé ningún puesto.
Benjamin estaba confundido por sus palabras. —¿Por qué? ¿Has decidido finalmente asentarte? ¿Enfocarte más en construir tu familia?