—¿Así que lo que me estás diciendo es que la señorita Leonica Romero fue secuestrada por el CEO de las industrias C&D? —preguntó el hombre con bigote, envuelto de pies a cabeza en el uniforme original de la policía de Noruega, a Owen mientras estaban de pie en la oficina de seguridad.
Owen entrecerró los ojos, mirando extrañamente al hombre frente a él. ¿Realmente acababa de hacer esa pregunta después de ver el material que le mostraron?
—Sí —murmuró Owen, mordiéndose el labio inferior para no perder la paciencia con el hombre—. ¿No van a hacer nada?
El oficial bigoteado miró a su compañero. Ambos compartieron una mirada antes de que él pusiera su mano en la funda de su cintura.
—Señor, lamento tener que informarle eso, pero no hay nada que podamos hacer —dijo y las cejas de Owen se contorsionaron.
—¿Disculpe? —dijo, con un filo agudo en su tono.