Claudia claramente no le tenía miedo a Ace en absoluto. Ante su amenaza, simplemente le lanzó una mirada de desdén. Me preguntaba si ella era así también cuando trabajaba como su secretaria. Lo dudaba mucho.
—Bien... —dijo Claudia con clara molestia antes de girarse para enfrentarme.
Sus ojos se estrecharon en mí mientras parecía pensar qué decir. No tenía idea de por qué Ace la había traído aquí para verme y por qué ella había aceptado. Tampoco entendía el trato que él parecía tener con ella. ¿Qué era lo que Claudia quería tan desesperadamente?
La miré fijamente mientras mi corazón latía desbocado en mi pecho mientras esperaba que me contara la verdad sobre la conversación que había tenido con Ace ayer. Lo que ella diga probablemente determinará si tengo o no un futuro con Ace.
—La verdad es... Ace no es el padre de mi bebé... —declaró Claudia alto y claro.
Mi boca se abrió asombrada ante sus palabras.
—¿En serio?
—...¿Qué? —susurré en pura incredulidad.