El camarero colocó un gran plato de filete frente a mí y supe instintivamente que Ace había pedido demasiado para mí. No había forma de que pudiera comer tanta carne en una sola comida.
—Gracias —agradecí al camarero educadamente y él me devolvió una sonrisa amable.
Continuamos nuestra conversación hasta que nos dejaron solos de nuevo. No pretendía mirar hacia abajo, pero supongo que mis esfuerzos por parecer animada no llevaron a un resultado exitoso.
—¿Qué te preocupa? —preguntó Ace.
Todo. Esa era mi respuesta honesta. Todo, desde mi propia culpa hasta la preocupación por perder mi trabajo hasta no poder enviar dinero a casa a mi madre. Estaba preocupada por todo y desde tantos ángulos diferentes. Sin embargo, no era como si pudiera decirle todo eso a Ace. Sabía bien que Ace estaba haciendo todo lo posible por ayudarme. Quiero decir, podría haberme despedido en el momento después de que confesé abiertamente que yo era la fuente de la filtración, intencionalmente o no.