—Esto es para ti... —escuché la voz de Ace susurrando suavemente mientras se agachaba frente a mí.
Su rostro entró en mi campo de visión antes de sentir algo frío y húmedo contra mi mejilla. Al mirar a un lado, vi que había presionado una lata de jugo de frutas fría contra mi mejilla.
—Gracias... —murmuré cuando él puso la lata fría en mis manos.
—¿Te sientes mejor? —preguntó con una voz tan gentil que mi corazón se apretó fuertemente en mi pecho.
Solo asentí con la cabeza mientras intentaba evitar su mirada. ¿Qué me pasa? Simplemente... no podía entenderme a mí misma.
—No... no sé... lo siento... —murmuré como si estuviera a punto de llorar.
¿Por qué estoy tan confundida?