—Permítame disculparme, pero debería considerar si su madre está de acuerdo o no —Su Xiaoxiao inclinó su cabeza, dando una mirada significativa a la mujer.
—Hanyu, ¿recuerdas lo que te he enseñado? Como persona, uno debe ser magnánimo. Incluso si alguien se equivoca, como hombre, no es necesario ser demasiado meticuloso —Peng Huijing tomó una respiración profunda en silencio y luego sonrió insinceramente.
—¡Tsk!
Ella ciertamente tenía habilidad con las palabras. Si no fuera por el hecho de que todavía necesitaba usarla para competir con el cerebro detrás de todo esto, Su Xiaoxiao ya habría destrozado su hoja de parra.
Sin embargo, incluso si algunas cosas no pudieran ser dichas, Su Xiaoxiao aún miraba con suficiencia a Zhang Hanyu. La implicación era clara: incluso su madre atendía a su consejo. ¿Tenía él, como hijo, algún lugar para armar un alboroto aquí?
