Al ver a Edric marcharse, Loraine compró la madreselva que estaba buscando y también salió de la farmacia. De camino a casa, llamó a su hijo. —Tommy, ¿estás seguro de que no encuentra nada sospechoso?
—No te preocupes. No estamos relacionados de ninguna manera. No hay posibilidad de que él nos asocie a los dos —respondió Tommy.
Tras escuchar eso, Loraine se sintió mucho más aliviada. Las únicas personas que sabían que Tommy era su hijo eran Deborah y ella misma.
De hecho, tanto Deborah como ella eran del mismo pueblo. En aquel entonces, Loraine también era del Callejón del Gato. Además, ella era solo unos años mayor que Deborah; así que tenía sentido que fueran amigas.