Steven había asumido que Deborah siempre había estado preocupada por él. Incluso creyó ingenuamente que Deborah lo consideraba todo en su vida.
Pero ahora Deborah de repente dijo —Si algo te pasa, ¿qué será de Lily y de mí en el futuro? Ni siquiera pensó en Steven en absoluto. Steven estaba realmente molesto.
—Espera, lo siento. No quería decir eso. ¡Solo me preocupaba por ti! —Deborah se explicó apresuradamente. Sabía que había dicho las palabras equivocadas. —Cariño, ¿qué puedo hacer por ti ahora?
—Si de verdad te preocuparas por mí, te habrías quedado en casa y no me habrías causado problemas. Visítame en el hospital cuando te necesite —dijo Steven.
Deborah permaneció en el hospital un rato más antes de irse. No se dirigió a casa, sino que se fue al salón de belleza que frecuentaba. Llegó y la llevaron a la sala VIP.
Heather, la empleada que la atendía regularmente se acercó y preguntó —¿Por qué estás aquí hoy?
