```
—Annette, ¿te atreves a regatear conmigo ahora?
Viendo que Connor estaba a punto de presionar, Annette quería levantarse y escapar.
—Connor ya le había agarrado las piernas, sosteniéndola por debajo.
Annette estaba ansiosa —dijo—. Connor, estás rompiendo tu promesa.
—Tenemos un dicho en el campo de los negocios: todo vale en la guerra. Innumerables hechos han demostrado que las promesas hechas demasiado fácilmente a menudo son poco confiables. Recuérdalo, ¿de acuerdo? Te estoy enseñando cosas. Y en cuanto a la matrícula...
Después de terminar de hablar, le dio un picotazo en los labios —Un beso servirá.
Viendo que él iba a aprovecharse de ella otra vez, Annette gritó ansiosa —¡No te pedí que me enseñaras nada! ¿Sabes qué? ¡No te pases! Todavía estoy enfadada. Tengo cuentas que saldar contigo.
—¿Ah sí? Te escucho. ¿Desde cuándo te ofendí?
—Bájate de encima primero y luego hablaremos.