—¿Tuviste una discusión con Austin? —Connor miró a Annette y preguntó.
—Señor Norman, parece que le gusta meterse en los asuntos de los demás —respondió Annette.
—Pensé que ahora éramos amigos. Y solo estoy charlando contigo.
—Lo siento, no quiero charlar contigo sobre estas cosas. Además, solo soy una pícara, y no seré amiga del Alfa de la Manada de Luna Sangrienta —dijo Annette fríamente.
—¿Por qué esta mestiza pícara es tan orgullosa? —Connor se sorprendió un poco.
—Ningún hombre lobo se atrevería a desafiarme de esta manera —dijo Connor a su lobo en su mente—. Tampoco los hombres lobos de las otras manadas se atreven.
—Connor, no olvides que somos uno. Sé por qué quieres conquistarla —Leo dijo indiferentemente.
Connor no respondió a Leo, aunque tenía razón en una cosa.
Su deseo de conquistar a Annette se hacía más fuerte.
Unos días después, Marcus necesitaba hacer el examen. Annette era la tutora de Marcus, y parecía estar más nerviosa que Marcus.