El plátano en medio del patio parecía más grande de lo que recordaba. Pero todo lo demás coincidía perfectamente con el recuerdo de Annette.
Marcus se acercó y le tomó del brazo. —Ven, te llevaré a la azotea. La vista es aún mejor allá arriba.
Apenas se había recuperado de su memoria cuando Marcus la arrastró hacia la villa.
Entraron a la habitación y subieron a la azotea donde había un invernadero de vidrio.
Annette no sabía nada del invernadero, y por supuesto, no podría haberlo sabido de todos modos, porque cuando entró con Sharon de niña, siempre pasaban por la puerta trasera y ni siquiera les permitían entrar a la villa principal.
En aquel entonces, Sharon tenía la llave de la puerta trasera, y Annette sentía curiosidad por eso.
Más tarde, Sharon le dijo a Annette que había trabajado allí y olvidado devolver la llave.