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Después de que el conductor volvió a arrancar el coche, Connor llamó a Annette.
Había planeado ir al centro comercial a recogerla, pero ella dijo que estaba en el apartamento en ese momento.
Resultó que Austin insistió en llevarla de vuelta después de que comieran.
Connor fue al apartamento para recoger a Annette.
Después de entrar en la habitación, descubrió que Annette estaba lavando las sábanas en las que habían dormido durante dos noches.
Al ver que Annette estaba de buen humor, Connor dijo con desagrado:
—Pareces feliz de ver a Austin.
Después de un rato, Annette se dio cuenta de que Connor estaba celoso. Sonrió:
—Mi buen humor no tiene nada que ver con Austin.
—¿Con quién tiene que ver entonces?
—Trabajar aquí me hace feliz —dijo Annette mientras palmoteaba la lavadora—. ¿No sientes una sensación de logro al lavar tu ropa sucia?
Mirando su expresión traviesa, Connor esbozó una leve sonrisa:
—Tu felicidad es realmente diferente a la de los demás.