Juliette se detuvo en seco y levantó la cabeza, hablando con un tono muy sincero —Señora Thiel, estoy haciendo esto por su propio bien. Usted es una figura pública. ¿No me diga que no le importa la imagen del estudio?
¡Sus palabras mostraron que la actitud de Yvette era extremadamente arrogante!
Los espectadores pensaron —¡Esta esposa es tan amable! Sin embargo, la destructora del hogar es tan arrogante.
—¡Esta destructora del hogar es bastante arrogante!
—¡Demasiado descarada!
—¡Qué vergüenza!
—Increíble.
Yvette las ignoró y le dijo a Juliette —¿El señor Wolseley sabe que has venido a buscarme problemas?
Los ojos de Juliette brillaron con culpa —No necesita saberlo. Estoy embarazada de su hijo. Puedo representarlo.
—Bien. ¿Estás segura?
Yvette soltó una risa fría y burlona. Sacó su teléfono y presionó el altavoz —Señor Wolseley, ¿escuchó eso?
¡Juliette y Tanya se quedaron atónitas!
Pensaban —¿Cuándo llamó esta perra a Lance? ¡No sabemos nada al respecto!