—Lance...
Antes de que Yvette terminara sus palabras, Lance la besó.
—Oh...
Yvette jadeó suavemente y agarró firmemente la camisa de Lance.
Lance se excitó con el suave jadeo de Yvette, y su respiración se volvió pesada.
Él pellizcó la mandíbula de Yvette, obligándola a abrir la boca. Luego, puso agresivamente su lengua en su boca, succionando y revolviendo.
La línea de visión de Yvette fue privada, y su aliento también.
La oscuridad la hizo diez veces más sensible.
Incluso el beso se convirtió en un placer excitante.
Lance presionó su palma contra las caderas de Yvette y la besó.
La oficina amplia y luminosa estaba en silencio. El único sonido en ella era el beso apasionado entre ellos.
Yvette venía de la empresa. Vestía profesionalmente con una camisa blanca y una falda de lápiz.
En ese momento, los botones de su camisa estaban desabrochados, y su falda se había subido hasta la parte superior de sus muslos.