Lance estaba inmóvil, y parecía no tener la intención de salir del auto.
La expresión de Yvette parecía seria, y estaba a punto de salir del auto.
Lance estaba ansioso y la llamó —Yvette. Belle...
Yvette miró a Lance. Lance dijo en voz baja —Belle debió haberse asustado hoy. Temo que esté preocupada y quiera verla.
Estas palabras hicieron a Yvette dudar.
Lance sabía que lo que más le importaba a Yvette era cómo se sentía Belle.
Así que continuó —Déjame ir a ver a Belle. Prometo que no apareceré frente a ti todos los días. ¿Puedes dejarme verla esta noche?
Lance guardó su autoestima y suplicó en voz baja.
La mano de Yvette que estaba tirando de la manija de la puerta del auto se detuvo.
—Yvette, te ruego. Déjame ver a Belle esta noche.
Al ver que el rostro guapo de Lance palidecía por la enfermedad, Yvette no pudo evitar sentirse conmovida.
Pero no era suficiente para disolver el hielo sólido en su corazón.