—Suéltame, Theo —exigí, tratando de sacudir mi brazo de su agarre.
—¿Por qué haces eso? En cuanto no te gusta el tema de conversación, quieres huir. Tienes todo el derecho a estar enfadada con Tobias, pero esto iba a suceder de todos modos. No importa lo que pienses, siempre fuiste nuestra, esto siempre iba a pasar.
—Entonces, ¿qué esperas? ¿Que esté bien con convertirme en un monstruo chupasangre o en un monstruo peludo que aúlla a la luna? —Escuché a Tobias resoplar molesto detrás de mí—. Ahora suéltame, Theo.
—No hasta que escuches, si no eliges por tu propia voluntad, elegiré por ti Imogen, no arriesgaré tu vida. No te dejaremos ir.
—Entonces, ¿qué? ¿O me convierto en uno de ustedes o nunca salgo de la propiedad? Noticia flash, imbécil, ya he estado atrapada aquí durante semanas.
—Cuida tu boca, Imogen. No permitiré que faltes al respeto a Theo.