—Llegó con el informe de Inaymi —dijo Eli, entregándole la carta—. Volveré en breve
—Quédate. Leámosla juntos.
Algo brilló en sus ojos, su voz traicionaba la infantil ansiedad que resplandecía en esos orbes marrones, sin embargo.
—¿Estás segura?
—Sí —asintió, rompiendo el sello para finalmente leer la carta.
Lytio tenía mucho que contarle, había comenzado informando sobre la situación de su familia.
El juicio había terminado, al igual que la libertad de su madre. Sería llevada a su rápida muerte en una semana, tras haber sido encontrada culpable de asesinato así como de otros crímenes.
Su padre había tocado fondo mentalmente, perdiendo completamente la cabeza ante el juicio de su esposa. Estaba loco y ahora estaba encerrado en algún lugar para ser cuidado.
La primera noche sin su esposa intentó suicidarse. La segunda noche, tomó a su nieto como rehén y amenazó con matar a Arlo si no le devolvían a su esposa.