—Belladonna se retorcía y estiraba en el suelo, arañando con sus uñas la alfombra roja.
—Nada le resultaba suficientemente cómodo como para darle siquiera un poco de alivio, a pesar de que ya estaba desnuda, el calor no se iba.
—Lo siguiente que sintió fue agua fría goteando por su piel mientras alguien le vaciaba un cubo sobre el cuerpo.
—El agua debería matar al fuego pero solo había empeorado la situación.
—Se sentía más como combustible y su grito de agonía desgarraba los pulmones —el grito le desgarró el cuerpo, su cara empapada con lágrimas interminables mientras danzaba por el suelo como un gusano en sal—. Deseando con todo su corazón que el dolor simplemente desapareciera.
—Kestra fue rápida en posar su mano sobre ella, entonando un hechizo tan rápido como podía, sus palabras incomprensibles tropezando una tras otra hasta que la Novia se quedó quieta y su respiración volvió a ser pareja.
—Juntas, las tres damas la levantaron hacia la cama.