Danika iba y venía de la consciencia. Sally estaba con ella a su lado en todo momento.
Cuando necesitaba aliviar su vejiga, Sally la ayudaba a ir al baño para hacerlo, y cuando necesitaba bañarse, también era ella quien la ayudaba.
Danika no paraba de quejarse del dolor de espalda y de ir al baño con frecuencia. Sally la ayudaba pacientemente sin ninguna queja, solo quería que su princesa estuviera bien otra vez.
A medida que avanzaba el día, Baski entró y le dio hierbas. Cambió las vendas de Danika por otras nuevas y le dio más pastillas para dormir.
Baski quería desesperadamente hablar con Danika, pero no había podido hacerlo.
No había tenido la oportunidad porque Sally estaba allí con ella, y las porciones para dormir que le daban a Danika no le permitían permanecer despierta lo suficiente para esa conversación.
Además, dudaba porque sabe más que nadie que no es buena idea presionar a Danika, considerando por lo que ha pasado. Y su condición también.