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Danika todavía se agitaba en la cama y gritaba, diciendo palabras y palabras sobre la corte.
Mientras el Rey Lucien la observaba, lo transportaba a aquel día en la corte. Ese mismo día Sally había gritado con todo su corazón. No podía evitar recordar cómo todo había afectado a su mujer acostada en su cama.
Ella había gritado con cada grito agonizante de su anterior doncella personal. Ella había llorado cada llanto. Había sufrido tanto que acudió a él por primera vez. Había sufrido tanto que eligió un dolor físico como escape del dolor emocional.
Él estaba frunciendo el ceño muy fuerte en pensamiento. Cuando ella comenzó a sollozar, se vio obligado a moverse.
Caminó hacia ella y se sentó en la cama. —Detente. Es solo una pesadilla —hablaba con calma.
—Oh... deja de azotarme... no hice nada mal... ¡Para! ¡Para...! Duele...! —Ella lloraba sacudiendo la cabeza de lado a lado.
Ahora, su subconsciente está reproduciendo la sesión de tortura de Vetta.